Desde que empecé a leer, gracias a mi abuela, han sido muchos los cómics que han marcado mi vida, para bien o para mal. Cada cual ha tenido su momento, su consejo, su disfrute, y no me arrepiento de su lectura. Con ellos conocí la literatura, el interés por los libros y cualquier medio impreso. Hoy por hoy sigo leyendo, y alterno el disfrute de una buena novela gráfica con el placer de descubrir a un autor desconocido como Pramoedya Ananta Toer, por ejemplo. Me enorgullezco de ser friki, puesto que esa diferencia me hace ser único, diferente al resto, que considera la literatura algo innecesario, perdiendo el aprendizaje que durante siglos nos dieron nuestros maestros y maestras.