Hace años leí Dios Ama, el Hombre Mata, en el cual se hacían paralelismos entre el apartheid y la situación de los mutantes, discriminados por su condición de mutantes. Para mí fue una de esas obras gráficas que me hizo reflexionar más allá de las viñetas. En una época en la que sufría acoso escolar y discriminación por ser un freaky, leer tebeos y ser yo mismo, me veía reflejado en esa novela gráfica, y la vi esencial y de obligada lectura para que los tebeos no fuesen un mundo alternativo, sino algo real, donde los superpoderes eran lo menos importante, y las personas que los tenían y sus problemas, inquietudes, sufrimientos y felicidades. Hablaba en uno de los editoriales de Cerebro, mi primer fanzine oficial, del racismo que sufrían los mutantes y toda su problemática. Es curioso como algunas veces(yo diría que siempre) la realidad supera a la ficción.